jueves, 4 de diciembre de 2008

La Corona del Adviento

La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de la Navidad. Tiene su origen en las costumbres precristianas de los germanos. Durante el frío y la oscuridad de diciembre, recolectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera. Es un ejemplo de cristianización de la cultura. Ya en el siglo XVI católicos y protestantes alemanes utilizaban este símbolo para celebrar el Adviento. Aquellas costumbres primitivas contenían una semilla de verdad que ahora podía expresar la verdad suprema: Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria.

La forma circular
El círculo no tiene ni principio ni fin. Es señal del amor de Dios, que es eterno e infinito, sin principio y sin fin, y tambien de nuestro amor a Dios y al prójimo, que nunca debe terminar.



Las ramas verdes
Verde es el color de la esperanza y de la vida. Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas.


Las cuatro velas
Nos hacen pensar en la oscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo. Son cuatro como los cuatro domingos del Adviento.


Las manzanas rojas
Representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.


El listón rojo
Es el color del amor. Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.


En las imágenes, la Corona del Adviento de la Parroquia de San Pedro Apóstol.

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