miércoles, 13 de mayo de 2009

ABC, Sevilla, 6-4-2009

«Siempre tuve devoción por la Macarena y querría vivir una noche bajo ese paso único»

Luis Miguel Vázquez, Torero y costalero

Natural de Daimiel, torero desde hace cinco años y costalero de las Siete Palabras. Vivió entre Sevilla y los sevillanos dos años. Y desde entonces lo cogió el toro de la Semana Santa. Su cornada más divina…

—Maestro se podría decir así, que vivió dos años entre nosotros y lo cogió el toro de la Semana Santa ¿no?…
—Se puede decir perfectamente así. La Semana Santa de Sevilla es única y a la gente sensible les toca rápidamente la fibra.
—¿Y esa cornada es de pronóstico reservado o con doble trayectoria, una para Triana y otra para la Macarena?
—Yo diría que de pronóstico reservado. No se cansa uno de ver cosas nuevas, oír marchas nuevas y no se por dónde decidirme. Lo que si te digo es que cuanto más la conozco más me llega.
—Usted sale de costalero en las Siete Palabras, pero su compadre Eugenio, banderillero de Ciudad Real, sacó ayer a La Estrella. ¿Por qué no comparten trabajadera?
—En Las Siete Palabras somos compañeros. En La Estrella no. Espero que con el paso de los años lo pueda conseguir.
—Usted es alto para el toro y para el costal. Mide uno ochenta. ¿Dónde le estorba más la altura: en la plaza o en el paso?
—Casi en el paso. En la plaza me viene bien para entrar a matar. Pero debajo del paso se nota y se nota en las vértebras.
—Fue Eugenio quien lo metió debajo de un paso…
-Sí, entre él y Pepe Luna, el capataz de la Estrella, de las Siete Palabras y del Valle.
—Y qué opinión tiene del jefe, de Pepe Luna, su capataz…
—Pepe tiene una personalidad tan definida que me marcó nada más conocerle. Mantengo con él una buena amistad y como capataz se sabe divinamente lo que se trae entre manos. Yo lo considero extraordinario.
—¿Le gustaría sacar además del que saca otro paso en Sevilla?
—Sí, siempre he tenido devoción por la Macarena. Me gustaría vivir una noche debajo de ese paso único.
En su cartera, como buen torero y buen costalero, no faltan estampas de sus vírgenes preferidas…
—Tengo infinidad de ellas. Pero devoción la tengo por la del Rocío, la Macarena y vírgenes de mi tierra como la de las Cruces, la de la Amargura y el Nazareno de Daimiel.
—Tengo entendido que para los ensayos usted se viene desde Ciudad Real para Sevilla, ensaya y directamente, a las tantas de la noche, se vuelve otra vez para el sitio ¿Eso es vocación?
—Es vocación y esfuerzo compensado. Se viene con ilusión y te vas destrozado pero contento, alegre, lleno de haber echado una noche con los compañeros de cuadrilla.
—¿A que si le pagaran no haría lo que hace por ir debajo de un paso?
—Seguro que no. Convencido que no. Ahí hay mucho de devoción.
—Puedo creerme que ha llegado a ensayar con sus primeras manoletinas…
-Sí, sí, sí. Es una cosa que hice porque con ellas inicié mi carrera taurina y quería también iniciar mi tiempo de costalero con aquellas zapatillas.
—¿Encuentra alguna similitud entre una cuadrilla de costaleros y la propia de un torero?
—Sí. No lo podía imaginar. Se registran los mismos lazos de solidaridad y ayudas. Unos están al quite cuando el toro se pasa de listo. Y los costaleros están a tu vera cuando cargas en demasía. De verdad que hay mucha similitud.
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Imáginaros cuando este que os escribe, compra el ABC en Sevilla para leer la información sobre Hermandes y Cofradías y se encuentra la entrevista con el paisano Luis Miguel Vázquez...
Desde Daimiel Cofrade desearle suerte en su andar torero y cofrade.

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