La Cruz de Mayo de Antonio Ortega nos transporta a otra atmósfera. El impresionante montaje que supone llevar a cabo este proyecto pone de manifiesto la ilusión y el buen hacer en las cosas. Todo está lleno de detalles: Cruz con sudario y corona de espinas, Niño Jesús vestido de blanco y azul (colores típicos de este mes mariano), la mesa preparada con pan, vino y otros motivos Sacramentales, los tres clavos de la cruz, el rosario, el Cordero Pascual, el jarro del lavatorio de los pies... todo cargado de simbolismo y aderezado con gusto: flores naturales y cera, mucha cera, que le dan la elegancia que debe caracterizar estos altares efímeros. 
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