viernes, 17 de julio de 2009

"Reina del Carmelo, Reina de la Capital"

Ayer también, como no le tocaba el turno de procesionar a Nuestra Señora del Carmen en Ciudad Real desde el Convento Carmelita situado en el centro de la ciudad. Un cortejo muy apañado en el que no falto cruz de guía, incienso, faroles, cuerpo de ciriales... Ejemplos del buen hacer de las cosas.
Allí nos econtrabamos ante la puerta esperando la ansiada salida y un servirdor costalero de la Reina del Carmelo aguardaba su turno de entrada y unirse a su fiel trabajadera. Para ello la espera fue bien llevada con grandes cofrades daimieleños, Pedro González y Santi Cejudo, entre cervecita y refrescos nuestras conversaciones daban rienda suelta a un sin fin de añoranzas cofrades.


Aparte de ir debajo de la señora también nos econtramos con otro cofrade daimieleño y de los "aperturistas", Juan Fisac como diputado de tramo con su palermo (bastón de ordenes, con el cúal se ejecuta mediante golpes en el suelo),
que grande Juan ¡que grande!


El cortejo lo iniciaba un pequeño niño Jesus de Prága, llevado también por niños, pero sobre su "remolquillo" de ruedas.

Y trás un numero incensante de personas alumbrando, llegaba el turno de La Señora, sobre un paso de la orfebrería Orovio de la Torre alumbrado por candelabros de guardabrisas, y adornado en clavel blanco La Señora del Carmen salió a la calle "andada" por sus dos cuadrillas costaleras de 20 y 20 hombres respectivamente. Comandada por Marcelino Abenza (padre e hijo)

Momento en el cuál va de recogida para su barrio y pasa por el camarín de Nuestra Señora del Prado (Patrona de Ciudad Real), un momento entrañable.


Padres Carmelitas acompañando el cortejo.

Ciriales y nube de incienso a su entrada, que casi impedian contemplar el Paso.


Otro momento entrañable su entrada en el convento Carmelita donde sus "madres" la esperaban desde su refugio y dejándose entre ver por las pequeñas rejas, y donde el Padre Carmelita que dío la despedida hizo que a más de uno se le erizaran los pelos con sus vivas y agradecimientos.

Y como final, Juan Fisac (diputado de tramo) y un servidor (costalero) delante de la Señora que tanto nos hizo disfrutar en su magnífico día, ojalá y se vuelva a repetir.



Y después de la "faena" un buen bocata y botellín fresquito (lo pedía la noche) en compañía de la gente buena de Las Penas, alma mater del Carmen ciudarraleño.

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